Emmanuel Macron, presidente de Francia, viaja a Nueva Caledonia para abordar las revueltas

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, tiene mucho 👄 en su plato. Las elecciones europeas se avecinan rápidamente y se prevé que su partido pierda. Hay una frenética preparación 👄 de los Juegos Olímpicos en París. También se está llevando a cabo una persecución por un recluso cuya evasión audaz 👄 y letal ha conmocionado al país.

Sin embargo, el último lugar donde muchos esperarían encontrar a Macron sería en un avión 👄 hacia uno de los territorios de Francia en el Pacífico, donde han estallado disturbios durante toda la semana. Pero ahí 👄 estaba, llegando a Nueva Caledonia el jueves con tres ministros, en una misión para sanar y escuchar en un territorio 👄 donde muchos lo consideran personalmente responsable del desorden.

"Vengo aquí con determinación para trabajar en el restablecimiento de la paz, con 👄 mucho respeto y humildad", dijo cuando llegó.

Contexto:

Los disturbios fueron desencadenados por la perspectiva de una votación la semana pasada en 👄 la Asamblea Nacional en París para ampliar los derechos de voto en el territorio. Muchos en la población indígena local 👄 temen que la ley dificulte el largo proceso hacia la independencia.

Macron tiene la intención de reunirse con funcionarios locales y 👄 activistas de la sociedad civil, agradecer a la policía y comenzar una ronda de diálogo antes de regresar rápidamente a 👄 un avión y regresar más de 10,000 millas a la Francia continental.

El viaje, de muchas maneras, es típico de Macron. 👄 Siente que cualquier disputa, sin importar cuán acalorada, se puede resolver a través del diálogo personal con él. Pero dada 👄 la desconfianza local del gobierno, muchos creen que su viaje no solo es corto, sino miope.

El antropólogo Benoît Trépied argumenta que el gobierno está experimentando una "amnesia política irresponsable" y que los líderes 👄 kanak no escucharán a Macron a menos que se com prometa detener la nueva ley y redactar un nuevo referéndum.